Sólo debes encontrar un espacio de tiempo durante la semana (unas 2 horitas más o menos) en el que estés libre (posiblemente será el domingo por la tarde). Aprovecha para escuchar tu música favorita o haz la preparación junto con tus hijos u algún otro miembro de la familia.
Así puedes ahorrar tiempo, ya que con este método puede que sólo cocines una o dos veces a la semana, en vez de cada día y evitarás estar pensando en lo que puedes preparar para comer.
Aprovecha la ventaja de tener una alimentación más equilibrada, pues tener una organización de menús hará que sigas una disciplina en tu alimentación. Solo sigue estos sencillos pasos:
1. Haz una lista de 15-20 de tus comidas favoritas y las de tu familia. Selecciona aquellas comidas que son fáciles y rápidas de preparar y que no necesitan demasiados ingredientes.
2. Organiza tu lista. Puedes dividir las comidas en grupos, por ejemplo: sopas, platos con carne, platos vegetarianos y así sucesivamente, para que sea fácil manejarlos y anótalas en un cuaderno especial para las recetas.
3. Planifica las comidas de todo el día, piensa en planear todos los desayunos, almuerzos y cenas.
4. Revisa lo que tienes en tu despensa, refrigerador y congelador. Planifica las comidas con base a los productos que ya tienes.
5. Ajusta el menú de acuerdo a las eventualidades de tu familia. Toma en cuenta las actividades diarias tuyas y las de tu familia.